lunes, 22 de noviembre de 2010

El personero de las llantas IV

Yesid Baraceta Fandiño en la I.E.D de Carmen de Carupa

Yesid Baraceta es uno de esos seres de otros tiempos, dedicados a las artes y las ciencias que encuentran la grandeza en ponerse al servicio de la sociedad. Apreciando en su rostro el sentido estricto de la responsabilidad, hay quienes señalan que esté adalid heredó el poder de sus ancestros, quizás trasmitido por la Ceiba que engalana el parque principal del municipio, arbusto que en las culturas prehispánicas era considerado planta sagrada, a través de la cual se comunicaban los dioses con su pueblo. A lo mejor sean las ganas de vivir en el mundo soñado, el alimento de su emprendimiento. Hasta para él es difícil determinar en qué momento su vida se consagró al servicio social ambiental. Sin caer en demasiadas reflexiones se considera que en él todo ha sido casualidad; una casualidad ha llevado a la otra, hasta lo que es hoy, un hombre maduro a los 19 años, con cientos de quimeras por realizar, si es que las casualidades se siguen cruzando a su favor. 
Fusiona el estudio y las funciones de personero con otras actividades lúdicas y laborales. Durante 11 años bailar en el grupo de danzas municipal fue su pasatiempo preferido. Dio un paso hacia los instrumentos, para ser el todero de la banda marcial, hasta convertirse en director, cuando fue trasladado el profesor que la dirigía. Tomó el legado y en el camino cultivó el espíritu docente. Prueba de su talento es haber obtenido, en Sopo y Machetá, el galardón de mejor bastón mayor, en encuentros departamentales de bandas. A la música y el baile suma la pintura a sus habilidades. Las celebraciones del bicentenario y las ferias y fiestas son actos engalanados con sus dibujos. Él puede decir que vive de las artes, que gracias a sus trabajos obtiene algunos ingresos económicos, muy valorados cuando se depende de si mismo. Aunque desearía poder mantener un buen nivel de vida con las obras de su inspiración, sabe que a los grandes artistas la vida no les trató bien en sus inicios. Yesid, desde los 14 años trabajó de cotero en la plaza de mercado y en cuanta labor se le ha presentado. Todo se hace con fe en el señor, y hace de todo, incluidas tareas religiosas, como haber sido misionero en el municipio de Gama – Cundinamarca durante las vacaciones de grado once. Para todo tiene tiempo.
Así es un trozo de la vida pública del personero apóstol del medio ambiente en la provincia de Ubaté. Los golpes le llevaron a pasar de la indisciplina constante a ser el ejemplo de superación del municipio. Hijo de padres campesinos, criado por los abuelos, es el mayor de 5 hermanos de los que poco sabe. Su madre falleció en 2005, su abuela 5 años después. Con su padre nunca ha cultivado relaciones cercanas. Habita sólo en un apartamento del centro del municipio. Desea estudiar filosofía aunque no sabe cómo se va a costear la carrera. Ya habrá tiempo para pensar en ese tema a profundidad. Es un líder juvenil a quien la política no lo seduce, pero es un trabajo que puede servirle para costearse parte del estudio y ayudar a los demás. No lo descarta y es probable que siguiendo las recomendaciones de muchos habitantes que admiran su trabajo, aspire a ser concejal para las elecciones de 2011, y continuar su labor social ambiental, desde nuevos escenarios.
Si hoy fueran las elecciones para personero, obtendría la totalidad de los 1115 sufragios posibles. Su popularidad es total, su aceptación del 100%, el cumplimiento del proyecto social que ofreció a sus compañeros se cumple a cabalidad. En campaña recorrió el municipio en moto prestada, con el cómplice de sus aventuras, visitando los planteles colectivizando su proyecto de gestión ambiental. Ahora lo recorren, en fiel compañía de sus seguidores, entregando las obras prometidas al electorado.
—A cada día toca aprenderle algo para que tenga sentido— dice. Vaya qué se lo ha encontrado a todos, el personero de las llantas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario