Estaba pronosticado: llovió. La noche del martes un aguacero de no terminar, lento, arrullador, durmió a los bogotanos. Los organizadores de la Conferencia no dormían pensando en el mañana pese al cansancio del hoy. Luz Adriana Jiménez, encargada del Ministerio de Ambiente estuvo intranquila todo el día, pendiente de un patrocinio y pensando en los efectos del cambio climático en los participantes convocados y en la agenda programada. En el centro del país no ha parado de llover.
Fabio Parra Beltrán, el delegado de la CAR, llamó una y otra vez, reconfirmó, habló con padres de familia intranquilos, preparó documentos, materiales, volvió a llamar, conversó con Luz Adriana, tranquilizaba a los jefes, intranquilizaba a las secretarias. Luz Adriana habló con el comité académico, con el de logística, con invitados, con uno, con otro y otro y otro. La ansiedad se notaba en todos. La noche cayó y no paró de llover. La ansiedad aumentaba.
¿Será que llegan todos?
La lista de asistentes de la CAR estuvo confirmada a la media noche. Los jóvenes de Guaduas se adelantaron para disfrutar de las luces de la ciudad, lo mismo hizo la delegada de Agua de Díos. Flaminio, de Topaipí, evitó los riesgos del viaje madrugado a caminar por la ciudad. Los demás, con las maletas listas desde temprano, esperaban que llegara diciembre.
Tras un año de reuniones en el Ministerio, en la CAR, en los departamentos, en los municipios, en el exterior, aprendiendo, proponiendo, diseñando el diagnostico socio-ambiental, invitando, convocando, integrando, discutiendo y acordando, aplazando y afanando, con la nostalgia de los que ayudaron y no estarán, el día cero de la Conferencia Nacional de Jóvenes por el Ambiente, llegó. La Universidad Agraria de Colombia, abrió sus puertas para que los invitados arriben y al medio día del primero de diciembre todos se apresten a dar inicio formal a las actividades de la Conferencia. La Red Nacional de Jóvenes de Ambiente se consolida, el Colectivo Juvenil Ambiental de la CAR – Generación CAR, se integra con sus estrellas principales; juntos hacen realidad este sueño.
Un líder de la sufrida población de Soacha dijo: En la conferencia tendrán que llover ideas de transformación.
Los medios anunciaron una minima climática de 9 grados y una máxima de 18, con lluvias en la tarde.
En la noche, la acomodación en carpas fue coordinada por los Boy Scout de Colombia. Las carpas son propiedad de la Gobernación de Cundinamarca. Son las mismas que se usaron para el Encuentro Departamental de Juventud que en 2009 con el auspicio de la CAR, tuvo lugar en Tocancipá. Aunque en un principio se notó inconformidad por la repartición aleatoria de los participantes, incentivando generar integración, a la hora de dormir y los siguientes días, propició conocerse y convivir con personas de otras culturas, con diferentes formas de vida, de sueños. Cada carpa tiene capacidad para 8 personas, sin embargo, para mayor comodidad, se acondicionaron 6 huéspedes: hombres en unas, mujeres en otras y para los menores de edad una zona con trato privilegiado. 
Nuevos inconvenientes surgieron al momento de dormir. Dos carpas requirieron evacuación y en un aula pasaron la noche los evacuados. Nada que afectara en normal convivir. 
Levantado el acto principal, los delegados del territorio CAR se reunieron en un extremo del salón, allí agradecieron a la Subdirectora de Gestión Social por la invitación a la Conferencia, luego se leyó en voz alta un documento firmado por los presentes, donde se plasman los aportes juveniles para el Plan de Gestión Ambiental Regional de la CAR, entre los que se destacan, la necesidad de apoyo a la Mesa departamental de juventud, una linea de financiamiento a iniciativas juveniles y la incorporación de la política de juventudes a los planes de acción de la Corporación como un programa permanente. Ella, con la firma puesta en el documento, aceptó trabajar por resolver las inquietudes e incorporar las solicitudes a los planes de acción de la CAR, en cuanto sea posible hacerlo.